La salud de una persona no es sólo física, sino mental también. En todo el mundo, en las últimas décadas, hemos visto un aumento en problemas de salud mental, especialmente en personas jóvenes, y es importante que una persona pueda recibir ayuda para eso. Entonces, el acceso a servicios de salud mental es crucial para combatir este fenómeno. Sin embargo, esta idea no es posible en todos los países del mundo, desafortunadamente, y el país de México, actualmente, es uno de ellos. Mucha de la población, especialmente los jóvenes, no tiene acceso a servicios de salud mental de buena calidad porque el sistema que la provee está subdesarrollado y mal financiado.

Los trastornos mentales entre jóvenes son muy prevalentes en México. De un sondeo de México Adolescent Mental Health Survey (MAMHS) hecho en la ciudad de México, se estimó que cuatro de cada diez adolescentes tuvieron un trastorno psiquiátrico en el pasado año, y por eso, la tasa de trastornos es más prevalente que en países como los Estados Unidos o Canadá, donde entre un quince y un veinte por ciento tiene un trastorno mental, (Espinola-Nadurille). También, de estos jóvenes, sólo un catorce por ciento reciben algún tratamiento para sus dolencias. Resultados similares son encontrados en adultos, con sólo un veinte por ciento de adultos con trastornos mentales recibiendo cuidados, (Espinola-Nadurille, Borges). Tristemente, el sistema de servicios de salud está fallando a todos con estos problemas, pero especialmente a los jóvenes. 

Dado que el sistema de cuidado de salud del gobierno no está financiado, y un sesenta por ciento depende del seguro de salud público, la mayoría de los ciudadanos no pueden recibir cuidado de buena calidad para sus necesidades de salud mental. En todo México, hay sólo treinta y tres hospitales psiquiátricos, concentrados en la ciudad de México y otras ciudades grandes, y poco de estos se especializan en el tratamiento de niños. También, sólo hay alrededor de doscientos psiquiatras que se especializan en el tratamiento de niños, lo cual significa que hay medio psiquiatra por cada 100.000 niños, (Espinola-Nadurille). Estas condiciones no son ideales para combatir la epidemia de problemas de salud mental, y las jóvenes están sufriendo por eso. Del catorce por ciento que recibe cuidado para su trastorno, sólo la mitad de las personas reciben cuidado adecuado. Además, muchos adolescentes no reciben cuidado del sistema de salud público, sino de programas y tratamientos de sus escuelas, y aquellos que usan la escuela para tratar sus dolencias son más propensos a recibir cuidado de buena calidad, (Borges). El sistema de salud público está tan mal que los jóvenes que necesitan cuidado para salud mental tienen que buscar para otras maneras de recibirlo porque el gobierno quiere financiar estos servicios.

¿Por qué está pasando? ¿Por qué no financia el gobierno a servicios de salud mental cuando hay una necesidad desesperada de eso? Hay muchas razones que contestaría estas preguntas, pero hay una razón particular que sobresale: el estigma. En México y otros países latinoamericanos, hay un estigma en relación a problemas de salud mental, es parte de la cultura. También, es una otra razón por que las personas vacilan en buscar cuidado para sus trastornos. El estigma afecta a las personas con enfermedad mental en muchas formas negativas. Ellos son calificados como “locos” u otras palabras hirientes y humillantes; también son tratados como que no pueden cuidar de ellos mismos. La experiencia de la mayoría de estas personas es que son rechazadas por la sociedad y muchas otras personas no tienen empatía por su dolencias o creen que los trastornos mentales no existen, (Lagunes-Cordoba). Por eso, ocultan sus problemas y, por lo tanto, no buscan tratamiento. Erradicar el estigma es la primera etapa para proveer más accesibilidad a servicios de salud mental, y es importante que el gobierno de México priorice este problema en nombre de la salud de su gente. Si podemos trabajar en educar a las personas sobre la importancia de la salud mental, es posible que haya más personas luchando por mejores servicios y, tal vez, las personas con enfermedades mentales puedan recibir el cuidado que ellas merecen.

 

Recursos

Borges, Guilherme. “Treatment of Mental Disorders for Adolescents in Mexico City.” Bulletin of the World Health Organization, vol. 86, no. 10, 2008, pp. 757–764., https://doi.org/10.2471/blt.07.047696. 

Espinola-Nadurille, Mariana, et al. “Mental Health Care Reforms in Latin America: Child and Adolescent Mental Health Services in Mexico.” Psychiatric Services, vol. 61, no. 5, 2010, pp. 443–445., https://doi.org/10.1176/ps.2010.61.5.443. 

Lagunes-Cordoba, Emmeline, et al. “Mental Health Service Users’ Perceptions of Stigma, from the General Population and from Mental Health Professionals in Mexico: A Qualitative Study.” Community Mental Health Journal, vol. 57, no. 5, 2020, pp. 985–993., https://doi.org/10.1007/s10597-020-00706-4.